Es maravilloso observar cómo en los últimos años, a pesar de que vivimos un mundo en que las personas son atraídas por muchos distractores, enajenándolas de sí mismas y de la realidad del mundo, hay algunas que tienen el interés de conocerse más para ser mejores cada día. Esto no es casualidad, sino que demuestra que están preparados para emprender la más grande aventura que el ser humano pueda vivir en su vida, y es la del conocimiento de sí mismo.
Para hablar del poder de la mente y los pensamientos primero hay que conocer la naturaleza del hombre. La mente es exclusividad del hombre y es la que lo hace diferente del reino animal. Los animales no tienen mente, por lo que no pueden pensar. El hombre es la obra suprema de la Creación. Todos los libros sagrados afirman que el hombre fue creado a la imagen a la imagen y semejanza de su Creador. El Creador, Dios, es espíritu y lo que creó a su imagen y semejanza es el Espíritu del hombre, el Ser, la Mágica Presencia Yo Soy.
Los diccionarios definen al Espíritu como aliento, la fuente de la existencia de todos los seres, ser inmaterial y dotado de razón, ánimo, valor y fuerza. El Espíritu es la Fuente de nuestra Vida y podemos afirmar tal como el Maestro Saint Germain dice en El Libro de Oro: Yo Soy Espíritu hecho de Luz, Yo Soy Amor. Yo no tengo forma y soy ilimitado, más allá del tiempo y del espacio. Podemos afirmar que no somos seres humanos con una experiencia espiritual, en realidad somos seres espirituales viviendo una experiencia humana.
El Espíritu de las religiones es el Ser de la Filosofía, Atman, el Maestro Interno, el Íntimo, la Mágica Presencia Yo Soy. El Espíritu, Yo Soy la Mágica Presencia es la esencia imperecedera a través de la cual el hombre se reintegra al Todo, a la Mente Suprema, al Absoluto Creador. En la Nueva Era de Luz debemos tomar conciencia de esta verdad eterna: El Espíritu, Dios, Yo Soy la Mágica Presencia vive y palpita en nuestro corazón.
Podemos decir que estamos constituidos por una triada de cuerpo, mente y espíritu, además tenemos alma y conciencia. El alma es la experiencia que rodea al Espíritu, al Ser, Yo Soy, y la mente y el cuerpo son sus vehículos de expresión. La mente humana es una partícula de la Mente Suprema y tiene el poder de elevar al hombre hasta su Creador o atarlo a la ilusión de los sentidos. La mente no está separada del Creador, está conectada al Padre, Dios, Yo Soy la Mágica Presencia, la Conciencia Cósmica. Somos Espíritus encarnados en un cuerpo físico y tenemos alma y consciencia.
En la actualidad, por falta de comprensión de la mente, las personas viven esclavizadas a la materia y han perdido la capacidad de percibir el mundo espiritual, los planos superiores de consciencia. Las personas han llegado a crear una conciencia corporal pensando que son una mera masa de carne y huesos, un cuerpo físico. Sin embargo, el cuerpo físico no es menos importante. El cuerpo físico es el vehículo que usa el Espíritu, el Ser, el Yo Soy la Mágica Presencia para manifestarse en el mundo material. El cuerpo físico es el templo de nuestra Divinidad Interior, la Mágica Presencia de Dios Yo Soy.
Según la Física, la materia cobra forma a través de la energía y la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. Por tradición se admite que la materia está compuesta de átomos, aunque en la actualidad la ciencia ha descubierto muchas partículas subatómicas tales como los quarks, fotones, neutrinos, bosones, etc. La teoría de la estructura del átomo es una fracción del conocimiento universal. La energía y en consecuencia la materia ha sido creadas y proyectadas por la Mente Suprema.
Nada en el Universo está inanimado, todo tiene inteligencia, todo tiene conciencia, aún la materia. El cuerpo físico está formado por células, cada una de las cuales encierra miles de átomos plenos de vida espiritual. El cuerpo físico es perfecto, tiene memoria, consciencia e inteligencia, la imperfección es una idea humana. El cuerpo físico es el vehículo para manifestar la perfección del Espíritu, Yo Soy. Afirmar constantemente “Yo Soy la Presencia de Dios” armoniza toda la estructura del cuerpo, armoniza el alma y nos conecta con el Espíritu. El cuerpo físico es importante para lograr la realización en todos los aspectos de la vida, por eso debe tener salud. Cuando el cuerpo tiene salud, el corazón, los pulmones, la sangre, etc., manifiestan el orden, la armonía y perfección de la Creación. La ciencia ha comprobado que las células del cuerpo se renuevan periódicamente, incluso las neuronas. La renovación y la regeneración es un principio que opera desde nuestras células hasta las galaxias.
El cuerpo responde a la intención de la mente, consciente o inconscientemente. Toda enfermedad es falta de amor en nuestras vidas. El Amor es armonía, equilibrio y perfección. El Amor es el poder de curación y sanación. La salud es la base de nuestra felicidad y bienestar. La ciencia opina que muchas enfermedades son de origen psicosomático, es decir, dependen de nuestros pensamientos, sentimientos y emociones negativos. Evidentemente cuando el cuerpo está enfermo hay desarmonía, desequilibrio. La enfermedad es una reacción de la naturaleza biológica del cuerpo que busca reestablecer el equilibrio. Se sabe que los miedos pueden causar depresiones agudas, crear úlceras, enfermedades estomacales, insomnio, y otros. Las culpas generan depresiones, temores, angustias, traumas, insomnios y dolores de cabeza, etc. La envidia genera trastornos del hígado.
Los resentimientos y remordimientos pueden producir destrucción celular, parálisis, artritis, etc. El odio puede generar leucemia, cáncer y otras formas de destrucción celular. La cólera puede crear colitis, presión alta, colesterol, etc. Algunas enfermedades son mecanismos de defensa creados por las mismas personas para llamar la atención y poder de algún modo recibir amor, castigarse a sí mismos o para castigar a los demás. Cuando ajustamos nuestros pensamientos, sentimientos y emociones podemos provocar una crisis emocional. Ajustar nuestras vidas requiere disciplina y un esfuerzo consciente. El cuerpo es la base material de nuestra existencia; los alimentos son la base de la salud física; los pensamientos, sentimientos y emociones positivos son la base de la salud mental; asimismo la armonía y la paz interna son alimento para el alma, el Espíritu, el Ser, Yo Soy.
La mente humana es una partícula de la Mente Suprema, por lo que no estamos separados del Creador. Todo en el Universo es energía y la mente es energía eterna. La mente es un cuerpo maravilloso que posee grandiosas facultades como pensar, conceptualizar, razonar, memorizar, etc. La máquina más moderna no puede compararse con la mente humana. La mente es creadora, vivimos en un mundo mental donde nos convertimos en lo que pensamos y todo lo que pensamos lo podemos materializar. La mente humana es una partícula de la Mente Suprema y mediante ella nos ponemos en contacto con la Mente Divina, la Conciencia Cósmica, el Padre, Dios, Yo Soy la Mágica Presencia.
La mente debe ser un vehículo de la consciencia, del Ser, Yo Soy, a quien debe servirle, sin embargo en este momento la mente humana está el servicio de la personalidad. La Psicología oficial ha dividido a la mente para su estudio en mente consciente, mente subconsciente y Mente Supra-consciente, pero en realidad la mente es una. Según la Psicología, en la mente consciente se procesan el razonamiento, la lógica y el uso consciente de los cinco sentidos físicos. La percepción del ser humano está limitada a sus sentidos físicos, percibiendo un mundo material limitado al tiempo y al espacio. La vida actual del ser humano está limitada a la percepción limitada de su mente consciente. La mente consciente rige nuestros actos conscientes pero el ser humano es víctima de sus sentimientos y emociones.
La mente subconsciente es el archivo de la memoria donde se almacenan todos nuestros pensamientos, sentimientos, emociones, hábitos, valores y creencias. La mente subconsciente gobierna todas las funciones vitales del cuerpo físico. Todas las partes del cuerpo físico reaccionan de acuerdo con la energía que genera la mente consciente o subconsciente.
La Mente Supra-consciente es una partícula de la Mente Suprema habitando dentro del cuerpo físico y es el vehículo por el cual nos ponemos en contacto con la Conciencia Cósmica, el Espíritu, Yo Soy la Mágica Presencia. La Mente Suprema es la Fuente de todas las fuerzas creativas y posee el poder ilimitado para crear. Dios, el Creador Supremo, hizo su Creación con la Mente, todo es mente, toda la Creación está hecha con energía mental. La mente es Espíritu y la vida material está dirigida y gobernada por el mundo invisible de la Mente o Espíritu.
La mente no es el cerebro, pero el cerebro es el centro de gravedad de la mente. La ciencia ha descubierto que el cerebro puede captar una imagen en 13 milisegundos y también ha descubierto que las neuronas se reproducen. Según la ciencia el cerebro tiene 100 mil millones de neuronas, tantas como las 100 mil millones de estrellas que existen en nuestra Galaxia.
Dios creó al hombre a su imagen y semejanza y le dio libre albedrío para experimentar y aprender. El Creador, Dios, el Padre, Yo Soy, ha depositado en el hombre el poder para crear con la mente. El hombre es creador con su mente y posee libre albedrío para decidir sus creaciones. Con su mente el hombre ha creado ciudades, casas, carros, tecnología y todo lo que conocemos como civilización. De la misma forma el hombre ha creado su forma de vida actual con el poder creador de su mente. El mundo externo del hombre es un reflejo de su mundo mental. El hombre es libre para pensar, pero debe hacerlo con responsabilidad.
La mente y la facultad de pensar es uno de los más grandes poderes que el hombre posee pero que desconoce. La percepción, la comprensión, la imaginación, la inspiración, la creatividad y la intuición son facultades superiores de la mente. Los pensamientos rigen nuestra vida y es lamentable que el sistema educativo no incluya el estudio de la mente, y mucho menos que nos enseñe a pensar desde niños. De niños nos enseñaron a comer, a caminar, a hablar, a vestirnos, etc., pero nunca nos enseñaron a pensar. Desde que nacemos nadie nos enseña a usar la mente y nadie nos explica el poder y las consecuencias de nuestros pensamientos. Hasta hoy hemos pensado por pensar y hemos usado el poder mental sin ninguna dirección.
Decía el Maestro Confucio: “El hombre sabio es el amo de su mente, el ignorante es su esclavo.” En la actualidad el hombre es esclavo de su mente y de sus pensamientos. Si queremos una verdadera superación material o espiritual es necesario conocer y comprender el poder de la Mente y los pensamientos. La mente es el genio de la lámpara maravillosa de Aladino que te da todo lo que piensas: riqueza o pobreza, salud o enfermedad, alegría o sufrimiento, etc. La mente no tiene conciencia de lo que es bueno o lo que es malo, ella es solo un vehículo que te da de acuerdo a lo que piensas. Si el empresario piensa que le va a ir bien en su empresa, le va a ir excelente. Si la persona piensa que es difícil nunca podrá mientras no cambie ese pensamiento. Si el vendedor piensa que va a vender mucho, mucho venderá. Si el padre de familia piensa que la vida es complicada, siempre se verá en dificultades.
Mientras el estudiante piense que las matemáticas son difíciles, siempre reprobará esa materia. Si el empleado piensa que no hay trabajo, no hallará empleo. Somos lo que son nuestros pensamientos, por eso es bueno pensar bien de sí mismos para fortalecer nuestra autoestima. Todos somos seres únicos, valiosos, dignos y merecemos lo mejor de la vida: salud, armonía, paz, bienestar, abundancia, prosperidad, etc. Todos llevamos en el corazón la Presencia de Dios, la Llama Divina, Yo Soy la Mágica Presencia. Hay que pensar bien de sí mismos y de los demás, desear lo mejor para sí mismos y para los demás, porque el que para otros pide para sí mismo pide. Hay que pensar y sentir: Yo Soy un Ser único, Yo Soy un Ser valioso, Yo merezco lo mejor en la vida, Yo Soy inteligente, Yo Soy fuerte, Yo Soy un Ser divinal, Yo Soy un Ser espiritual, Yo Soy un Hijo de Dios.
La vida que hoy estamos viviendo es producto de lo que pensamos en el pasado, lo que pensamos hoy será la realidad de mañana. Todas las situaciones de nuestra vida son los efectos de nuestros pensamientos conscientes o inconscientes del pasado. La casualidad, el acaso, el azar, la coincidencia, el destino o la suerte no existen, nosotros creamos nuestra realidad con lo que pensamos, sentimos, hablamos y hacemos. Esta es la Ley de Causa y Efecto. La buena o mala suerte no existen como tal, nosotros creamos nuestra buena o mala suerte con los pensamientos y sentimientos que tenemos en el día a día.
Nuestra mente es creadora y nosotros tenemos el poder y la libertad de crear a través de nuestros pensamientos. Cada vez que pensamos desatamos una cadena de causas, las cuales crearán condiciones iguales a cada pensamiento que las originó. Cambia tus pensamientos y cambiarás tu vida. Toda repetición es aceptación. Lo que pensamos y sentimos se convierte en nuestra creencia y lo que creemos se convierte en nuestra realidad. Nuestra vida es el resultado de lo que creemos y nuestras creencias sustentan nuestra forma de pensar, sentir, hablar y actuar. La casualidad no existe, nosotros somos los creadores de la armonía o del caos en nuestras vidas, la salud o la enfermedad, la limitación o la prosperidad, etc.
Cada pensamiento que generamos o emitimos toma forma, cuerpo y vida en el plano mental, le imprimimos una cualidad positiva o negativa de acuerdo a lo que sentimos y a la emoción que experimentamos en el momento de pensar y luego regresa materializado. Esta es la Ley del Círculo o Ley de Compensación de la Energía. Si generamos un pensamiento de alegría, lo que regresa es alegría; pero si generamos un pensamiento de odio lo que vendrá es odio. El pensamiento toma forma y vida y se convierte en nuestra realidad que en un tiempo se manifestará en nuestras vidas. Atraemos exactamente de acuerdo a lo que pensamos, sentimos y hablamos pero multiplicado, pues nuestro pensamiento atrae pensamientos semejantes. Esta es la Ley de Atracción, Ley de Afinidad o de Multiplicación que dice que atraemos de acuerdo a lo que pensamos y sentimos, igual atrae a igual.
Hay que darnos cuenta que atraemos lo que tememos, lo que no queremos vivir, lo que nos disgusta, lo que negamos, lo que nos causa enojo, etc. Hay que aprender a pensar positivamente para crear una vida y un mundo mejor. Pensar positivamente nos hace sentir mejor, favorece nuestras relaciones con los demás, clarifica nuestras ideas en la toma de decisiones, nos ayuda a encontrar mejores soluciones para los problemas, favorece nuestra salud y creamos un futuro mejor. El uso de Afirmaciones y Decretos es un poder para generar un estado de ánimo positivo. Cada pensamiento positivo estimula la formación de neurotransmisores que favorecen la acción del sistema nervioso, y es el sistema nervioso el intermediario entre el mundo interno y externo. Quien piensa bien cambia en lo físico, en lo mental y en lo espiritual. Por la Ley de Atracción, la caridad, el diezmo y la ayuda desinteresada se nos regresa multiplicada. Dar es recibir y esta es la Ley. En la medida que des, recibirás multiplicado. El Poder de la mente es un arma de dos filos, puede construirnos o destruirnos.
En todo momento emitimos pensamientos, muchos se vuelven realidad y otros aparentemente no. La emisión de nuestros pensamientos equivalen a un Decreto, y el Decreto es igual a una orden que se cumplirá tarde o temprano. Los pensamientos se vuelven realidad manifestándose primero sobre el objeto, situación o persona que se lo enviamos, causando el bien o el mal, de acuerdo al sentimiento que se le imprimió, y luego regresa multiplicado a su origen, o sea, a nosotros mismos. A este proceso se le conoce como Ley de Causa y Efecto, Ley del Círculo, Ley del Boomerang, etc. El hecho de que algunos de nuestros pensamientos se nos devuelven y otros aparentemente no, no significa que éstos últimos se pierdan en el espacio. Ningún pensamiento se pierde en el universo, todo es grabado y archivado, queda suspendido esperando el momento para manifestarse. Esta espera puede ser de días, semanas, años y hasta vidas, por ello es que a veces no entendemos algunos eventos en nuestras vidas.
Cuando pedimos algo es ley que se nos de lo solicitado. Cuando lo que hemos pedido no se manifiesta es porque dudamos o bien porque nuestros guías, el Padre, Dios, la Mágica Presencia Yo Soy, nos protege de cometer errores, y nos da solo lo que necesitamos para nuestra evolución. Si un niño de 5 años te pide mucho dinero seguramente no se lo darías y obviamente le darías algo adecuado a su edad. El Padre todo amor que no tiene las limitaciones humanas, cuida siempre de nosotros y nos provee de lo que realmente necesitamos para evolucionar. Acostúmbrate a agradecer con amor todo lo que el Padre te da diariamente, porque es justo lo que necesitas para evolucionar. Aprende a pedirle al Padre con fe. La fe es un don divino y está dentro de todos. La fe mueve montañas. La fe que realiza milagros pertenece al Ser, al Espíritu, y todos podemos fortalecerla e invocarla porque es inteligente. “Pide con fe y todo se te concederá”.
La fe y el temor son polos opuestos. La duda alimenta el temor y el temor es lo que bloquea la manifestación de nuestros pensamientos, decretos o pedidos. Todas las carencias y problemas son causados por la duda y el temor que está detrás de los pensamientos y creencias negativos. El hombre siente temor o miedo porque es uno de los primeros sentimientos que aprende desde que está en el vientre materno, después lo reafirma con lo que oye de sus padres, maestros, hermanos, etc. El temor está detrás de muchos pensamientos y frases negativas que expresamos en el día a día, aprende a detectarlo y transmútalo invocando la Llama Violeta y la Ley del Perdón. Aprende a pensar positivamente y cada vez que te des cuenta diciendo algo negativo, transmútalo. No admitas pensamientos o palabras negativas en tu vida. Cuando escuchas a los demás decir cosas negativas, tu mente las reafirma y las graba, por lo que si escuchas a alguien decir algo negativo no le pongas atención o reflexiona: “La única verdad es que Dios es (repite todo pero en forma positiva), luego da por hecho que así se realizará y da las gracias.”
Como Hijos de Dios, del Padre, la Mente Creadora de todo lo que existe en el Universo, nosotros también somos creadores y tenemos el poder de crear con libertad a través del Decreto. Como Hijos del Padre, somos instrumentos por medio del cual la Voluntad, la Sabiduría y el Amor de Dios se expresan en plenitud. Aprende a decretar de la siguiente manera: “En Nombre de la Presencia de Dios Yo Soy, y de la Mágica Presencia de Dios Yo Soy, y en Nombre del Amor Divino, Yo Decreto (haz tu decreto) en armonía para todo el mundo y de acuerdo con la Voluntad Divina, bajo la Gracia Divina y de manera perfecta. Gracias Padre porque ya está hecho”. De esta manera eliminamos la posibilidad de perjudicar a otros y recibiremos lo adecuado para nosotros. Somos hijos de un Padre inmensamente rico y podemos pedir en grande, para sí mismo y para los demás, porque el que para otros pide, para sí mismo aboga. Después de hacer tu decreto, quédate con la expectativa gozosa y el entusiasmo que tiene un niño cuando le han dado un regalo y lo va a abrir.
Todo pensamiento posee vibración, los pensamientos buenos tienen vibraciones altas, en tanto que los pensamientos negativos tienen vibraciones bajas. Mantén la convicción de que lo que pidas te vendrá con seguridad, pues sólo así podremos asegurar la salud, la prosperidad y todo lo bueno que deseamos y merecemos, porque es nuestra mentalidad la que determina las características de nuestra vida.
Es probable que te hayas preguntado por qué hay personas ricas y pobres. En realidad la pobreza no existe; Dios, el Creador Supremo ha hecho su Creación rica en galaxias, constelaciones, sistemas solares, planetas, cosas, animales, vegetales, etc. La Mente Suprema, la Conciencia Cósmica, el Padre es el dueño absoluto de todas las riquezas materiales y espirituales del Universo. La Divinidad no está divorciada de la riqueza material. Todos los seres humanos, hijos del mismo Dios, tenemos derecho y somos herederos de la abundancia del Padre. Hemos venido para ser reyes y señores de la naturaleza. Debemos darnos cuenta que por todos lados vemos riqueza espiritual y material, abundancia de personas, comida, vestido, viviendas, inventos, animales, plantas, flores, pájaros, conocimiento, etc.
La riqueza le pertenece al Padre, y él la entrega a sus hijos que viven en armonía con su Creación y sus leyes. Lo único que falta por crearse en el Universo es la imperfección, la pobreza no existe, la pobreza es un estado mental. Conforme el ser humano se aleja más de su Creador experimenta más caos en su vida, la cual se vuelve más complicada porque queda sometida a más leyes. La abundancia es una realidad y todos como hijos del mismo Creador tenemos derecho a ella. Cuando el ser humano decida volver al Padre, a Dios, Yo Soy, trascenderá el caos y la limitación en que hoy vive y podrá disfrutar de las riquezas del Padre. La pobreza es un estado mental del ser humano, la riqueza también es un estado mental.
El pensamiento es un poder y cuando lo dirigimos con atención podemos materializar todos nuestros deseos, objetivos y metas. Sustenta sin dudar y alimenta cada pensamiento que deseas materializar. En el grado en que reconozcas este poder y vivas en armonía con las leyes, en tal grado serás capaz de materializar tus pensamientos. El Padre nos ha dado la mente para perfeccionarnos, pero el ser humano se ha convertido en su esclavo. La pobreza no es real, la verdad es la abundancia, pero mientras el ser humano ignore esta verdad, seguirá experimentando la indigencia. La falsa creencia de que la pobreza es necesaria para el crecimiento espiritual no tiene fundamento. Algo semejante ocurrió con el ascetismo cuando prevaleció aquella otra idea de que era inevitable la oposición entre el espíritu y la carne.
Quien usa con prudencia sus fuerzas y facultades, el universo le abre el arca de sus tesoros. La dádiva es siempre igual a la petición prudente y justa. Quien obedece las Leyes Superiores queda libre del miedo a la pobreza. La pobreza es real para la persona que la acepta como tal. Lo que creemos es nuestra realidad, nuestra verdad. Para que el ser humano se libere de la pobreza y limitación es necesario que tome conciencia de lo que realmente es. Somos hijos del Padre, del Creador, Dios, y como tal merecemos vivir en la abundancia, la opulencia, y la prosperidad. Debemos reclamar lo que nos pertenece. La riqueza está en todas partes, al alcance de nuestras manos, el que vive en la pobreza es porque está programado para vivir en la pobreza, y esa programación viene de la familia, de la sociedad, del medio físico y cultural.
Todos merecemos la abundancia y hoy debemos reprogramarnos para obtenerla. En este proceso debemos tomar conciencia de las creencias y demás ideas fijas de limitación que existen en nuestra mente y cambiarlas por una nueva programación. Para ello debemos vivir en atención. Cada vez que llegue un pensamiento de limitación debemos reflexionar: Si Dios es abundancia, Yo Soy la abundancia, la opulencia y la prosperidad. El temor es la mayor limitante de la humanidad porque atraemos lo que tememos. En cualquier circunstancia debes tener fe. Fe es creer, fe es confianza y seguridad de que lo que quieres ya es una realidad. Si crees, si tienes fe, utilizarás los más sutiles y poderosos agentes del universo. Aprende a sustentar tu deseo y con el tiempo, por medios naturales y en las debidas condiciones, vendrá a ti o se te abrirá el camino por donde puedas llegar a él. Piensa en la prosperidad, visualízate en condición próspera, tranquila y sosegadamente, pero con seguridad y firmeza. Cree absolutamente en ello. La fe mueve montañas. De este modo serás como un imán que atraiga a ti todas las cosas deseadas. No temas pensar en grande, somos valiosos e importantes y merecemos lo mejor de este mundo y de la Creación entera.
Nunca te lamentes si lo que deseas todavía no ha llegado a tu vida, antes bien, emplea el tiempo para mirar adelante y actualizar las condiciones deseadas. Cuando sobrevenga la aparente desgracia, no te dejes arrastrar por ella, sino saca de ella la experiencia y ve siempre adelante más prósperas condiciones. Si mantienes esta actitud pondrás en actividad las fuerzas del universo que tarde o temprano materializarán lo que era un pensamiento, porque el pensamiento es como una semilla que más temprano que tarde germina, da fruto y se materializa.
Quien aprende a vivir en unidad con la Mente Suprema se transforma en un imán que atrae todas las cosas que desea. El que piensa con limitación, pobre será, pero si uno pone la atención en la prosperidad, en cualquier condición en que nos encontremos, atraeremos la prosperidad. Hay que abrir nuestra mente y corazón a la abundancia suprema que espera un canal abierto de par en par por donde fluir de manera ilimitada. Hay que abrir nuestra mente y nuestro corazón a fin de crear un canal para que la abundancia llegue a nuestras vidas.
La Ley de Atracción obra sin cesar en el Universo, y cada cosa atrae a su semejante. Si nos identificamos con la Mente Suprema que es el manantial de todas las cosas, en el grado en que lo hagamos podemos atraer toda la abundancia deseada para satisfacer nuestras necesidades. La Mente Suprema, Dios, Yo Soy, es el dueño de todas las riquezas de la Creación y da la abundancia a quien está dispuesto a recibirla. Hay que darnos tiempo para meditar en la abundancia. En lo que tú meditas en eso te conviertes. Cuando dejamos de pensar, se abre un canal que nos pone en contacto directo con la Mente Suprema, nos hacemos uno con el Creador. Entonces debemos afirmar: Yo Soy las riquezas de Dios fluyendo a mis manos para mi uso y de mis semejantes y que nadie puede detener. Gracias Padre que ya está hecho.
Comprendiendo nuestra mente y pensamientos tenemos el poder de cambiar y mejorar nuestras vidas. El proceso de cambio en nuestras vidas es un proceso neuronal que se efectúa a través de nuestra mente y nuestros pensamientos. Todos podemos reeducar la mente porque todos tenemos la facultad de pensar y la voluntad de escoger. Estamos en la era de la ciencia y la tecnología, en la era de la cibernética, robótica y computación. Los decretos y las afirmaciones conscientes tienen el poder de reprogramarnos a nivel celular, neuronal y genético y así cambiar nuestras vidas. La mente es mágica y registra lo que pensamos, sentimos y hablamos de manera literal, por eso las órdenes tienen que ser claras y precisas.
Todo lo que decretes debe ser en forma positiva y para tu bien y el bien de los demás. Todo lo que decretes es energía que se te va a regresar de acuerdo a como la programes. El proceso de renovación neuronal ha operado desde el momento de la concepción. Hoy tenemos que reprogramarnos conscientemente para una nueva vida con el conocimiento profundo de nuestra naturaleza multidimensional y divina.
Si deseamos cambiar y mejorar nuestra vida lo primero que tenemos que cambiar son nuestros pensamientos y nuestras creencias. En la Mente Suprema todo ya lo sabemos y si no lo sabemos es porque ignoramos que ya lo sabemos. No existen límites para crear con la mente a través de la energía de la Mente Suprema, podemos crearlo todo para nosotros y para los demás. El poder mágico de la mente radica en los pensamientos. El día que comprendamos y dominemos nuestra mente y nuestros pensamientos lograremos todo lo que deseamos ser, saber, hacer y tener. La Ciencia Mental y del Pensamiento nos enseña cómo el pensamiento crea nuestra vida y cómo podemos crear la vida que queremos vivir, cómo materializar un pensamiento, comprender los pensamientos y su relación con la mente para acceder a nuestro Ser, a la Mente Suprema, Dios, Yo Soy la Mágica Presencia. ¡La Presencia de Dios los Ilumine, los Guíe y los Proteja!
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