La Eterna Ley de la Vida es: “Lo que tú piensas y sientes lo traes a la forma”, donde está tu
pensamiento, allí estás tú, porque tú eres tu conciencia. Lo que tú meditas, en
eso te convertirás.
La Vida es omnipresente y obedece a nuestro
control y dirección consciente cuando amamos lo suficiente. Todo el Universo
obedece al mandato de Amor. La Ley del Amor es la Ley del Equilibrio, Armonía y
Perfección.
La Ley de Reencarnación es la actividad del
crecimiento humano que le brinda al individuo la oportunidad de reestablecer un
equilibrio en condiciones que él mismo causó que se desequilibraran. No es más
que una de las actividades de la Ley de Compensación –Causa y Efecto- lo que
podría denominarse un proceso equilibrante automático que gobierna todas las
Fuerzas en el Universo.
Solo hay una manera de evitar la rueda cósmica
de causa y efecto y es mediante el esfuerzo consciente por comprender la Ley de
la Vida, buscar al Dios Interno y establecer un contacto interno permanente y
aferrarse a Él firmemente ante la condición que sea en la vida externa.
La única condición que el Gran Ser exige para
darlo todo es que se le use correctamente para bendecir al resto de la Creación
con júbilo infinito, actividad armoniosa y perfección.
Es el pequeño ser personal quien es injusto con
la Vida y es el que crea la miseria en la Tierra, ya que la humanidad al tener
libre albedrío para crear a través de su propio pensamiento y sentimiento, trae
a la existencia a la discordia, la miseria y la desarmonía que se expresan en
la Tierra.
Todos los Ámbitos de Vida y Luz se mueven y
crean de acuerdo al principio fundamental sobre el cual descansa la Perfección
y ese principio es el Amor. Las trascendentales y magníficas actividades de
Amor y Luz son las condiciones naturales en las que Dios creó y espera que sus
Hijos manifiesten obedeciendo a su comando de Amor. Las condiciones de miseria
se han producido porque la humanidad escogió quitarle la atención a su Fuente
–el Amor- como el principio mediante el cual vivir la Vida.
Cuando los hijos de la Tierra se apartan del
Amor, lo que hacen es escoger deliberada y conscientemente la experiencia del
caos. Todo aquello que carezca de Amor tiene que regresar al caos.
La creación de la forma existe para que Dios
tenga algo sobre lo cual verter Amor y así expresarse en Acción. Esta es la Ley
de la Magna Presencia Una de la Cual todo lo demás procede. Es el mandato de la
Eternidad, y la Inmensidad y Esplendor de esa Perfección no se puede describir
en palabras.
En las Esferas Superiores, hay armoniosos y
trascendentales Ámbitos de Actividad y Consciencia –tanto Cósmicas como
individuales- en los que la creación se da continuamente en Alegría, en Amor,
en Libertad y en Perfección.
Los seres humanos traen sobre sí mismos la
desgracia que los impulsa a encarnar una y otra vez en la ignorancia de los
sentidos, de los apetitos humanos y los deseos del ser externo. Los apetitos
sensoriales de vidas anteriores se convierten en una fuerza motriz y hábitos de
vidas posteriores, manteniéndolos en calidad de esclavos atados a la rueda de
la discordia, la carestía y la necesidad, y llevándolos a través de un
laberinto de problemas y experiencias humanas de su propia creación,
obligándolos a aprender a obedecer la Ley del Uno – el Amor.
Esta es la actividad apremiante de la cual
nadie se escapa, y continúa hasta que el ser externo pide saber la razón de su
miseria y entiende que su liberación de la experiencia de sufrimiento solo
puede darse a través de la obediencia a la Ley del Amor. Dicha obediencia
comienza como una paz serena y amabilidad en los sentimientos, cuyo centro está
en el corazón.
El Amor es la base de la armonía y el uso
correcto de toda energía vital. Juventud, Belleza y Perfección son atributos
del Amor, que es el Ser Divino vertiéndose continuamente en su creación. La
Pura Esencia de Vida no solo sostendrá la Juventud Eterna y Belleza en el
cuerpo, sino que te permitirá mantener un perfecto equilibrio entre tu Ser
Divino y el ser externo.
Esa Pura Energía de Vida es el poder que el ser
externo utiliza para sostener su conexión con su Fuente Divina. En realidad
estos dos son Uno, excepto cuando el intelecto acepta la separación de la
Omnipenetrante Presencia de Vida Una. La Vida siempre ha sido, es y será.
Nadie puede realmente destruir la Vida. En el
mundo físico es posible desintegrar temporalmente la forma, pero la consciencia
del individuo es Eterna y el individuo puede controlar cualquier sustancia
dondequiera que se manifieste, cuando reconoce a la Vida Divina Interna como el
Sabedor, el dador y el Hacedor de todo lo bueno en la Creación. Solo hay una
Fuente de todo Bien y es Dios, la Gran Fuente Una de la Vida, la Luz y el Amor.
La mayoría de las personas les suena difícil
porque han vivido muchas centurias con la creencia de que son seres separados
de Dios, por más que en todo momento usen la Vida de Dios, la Sustancia de Dios
y la Actividad de Dios en todo lo que piensan y hacen sin darse cuenta.
El reconocimiento, la orientación consciente y
el uso constructivo de la Energía de Dios mantenido en todo momento conforman
el camino que lleva a la Perfección, la Maestría y el Dominio sobre todas las
cosas terrenales incluyendo el dominio consciente de las Fuerzas de la
Naturaleza.
¡Oh, Tú, Magna Fuente Omnipresente, Tú que
gobiernas el Universo, Tú que eres la Llama en cada corazón humano! Te amamos, te
alabamos y te damos nuestra gratitud por Tu propia Vida, Luz y Amor en todas
las cosas. Te adoramos y te contemplamos sólo a Ti, la “Presencia” en todas las
cosas - visibles e invisibles, evolucionadas y no evolucionadas – Tú, incesante
Corriente de Vida que fluyes por siempre en toda la Creación, el Ser Uno en Todo.
Mi corazón te insta como nunca antes para que
despiertes a mi pueblo y vean el peligro en que se encuentran, pues su
indiferencia hacia Ti los ha estado invadiendo como un aliento venenoso,
produciendo un sueño del alma y extendiendo un velo ante ellos que los separa
de Tu Esplendorosa Presencia.
Si ellos tienen que pasar por la experiencia
que consuma y queme la escoria y nubes del ser externo, entonces sostenlos Tú y
llévalos a tu Eterna Perfección. Te invoco a Ti, Creador del Universo, Tú, Dios
Supremo y Omnipotente.
Enseñanzas extraídas del libro “Misterios
Develados” del Maestro Ascendido Saint Germain.
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